Un Music Film es una película musical, pero no solo se refiere a los musicales americanos de los años 30 a los 60. El concepto Music Film va más allá de este género y alude a trabajos audiovisuales en los que la MÚSICA es la principal protagonista. Rockumentales, videoclips, conciertos en directo, after-movies de festivales y eventos, películas de ficción sobre la trayectoria de un grupo (real o imaginario), publicidad musical y un larguísimo etcétera.
Este concepto tan amplio es el que inspira a Kill the TV. Contar historias de músicos, de conciertos, de camerinos, de borracheras, de garitos infames, de carretera, de amistad, de festivales, de arrebatos, de noches mágicas, de arte, de vanidad, de duende, de soberbia, de genios.
Construimos estructuras narrativas de actos tan aparentemente intrascendentes para la mayoría como un concierto en directo. Hace 50 años ya lo hizo el director D.A Pennebaker con su maravillosa “Jimi Plays Monterey”, una actuación de Jimi Hendrix en Canadá (quién no recuerda aquella guitarra ardiendo?).
El cine, en formato largometraje y a través de distintos géneros, nos ha dado multitud de ejemplos de Music Films: The Rocky Horror Picture Show, High Fidelity, Saturday Night Fever, The Blues Brothers, A Hard Day’s Night, This is Spinal Tap, Purple Rain, The Commitmens, Quadrophenia, 24 Hour Party People, Searching for Sugarman, Sid & Nancy, The Devil and Daniel Johnston o Cabaret.
Hemos vivido en primera persona la eclosión del videoclip como herramienta de marketing de la industria musical. La aparición de MTV, a principios de los 80, un canal de televisión que emitía 24h de videoclips, supuso un relanzamiento de este formato audiovisual. Muchos de estos trabajos trascendieron la finalidad comercial y se conviertieron en obra artística (el ejemplo perfecto es el “Thriller” de Michael Jackson, visto por más de 400 millones de personas, aunque en la era digital el “Gangnam Style” de PSY va por 2.600 millones de visitas).
Algunos ejemplos de referencias nuestras podrían ser desde directores clásicos ya como Michel Gondry, Spike Jonze, Chris Cuningham o Anton Gorbijn, pasando por Romain Gavras o Jonas Akerlund y nuevas miradas como las de AG Rojas, Megaforce, Daniels, Clarise Canteloube (maravilloso plano secuencia para “La Superbe” de Benjamin Biolay), Nabil, Daniel Wolfe y en nuestro país, Canadá o Titán Pozo.
Pero también la publicidad nos ofrece posibilidades musicales. Infinidad de marcas que apuestan por patrocinios en el mundo de la música y no solo enfocados al anuncio clásico sino al branded content, en donde a la estrategia comercial se le añade un contenido extra. Una vez más, contar historias sobre la música, independientemente de su finalidad.
Eso sí, cambia el canal (ahora es internet) y el dispositivo (nada existe si no pasa por la pantalla del ordenador, Tablet o Smartphone). Youtube nació hace 11 años (Vimeo, un año antes) y éstas, junto a las redes sociales, son ahora las grandes plataformas de exhibición de los productos audiovisuales. Trabajos de entre 30 segundos y 3 minutos limitados a la dictadura del like y el pánico al pause.
Algunos de nuestros referentes en este campo son tres estudios londinenses: Deadbeat Films (capitaneado por los gemelos Thompson), The Mill o Pulse Films (en especial, uno de sus directores, Giorgio Testi), que crean muy acertadamente este tipo de productos.
En unos días, empieza la temporada de festivales y Jägermeister nos confía, por tercer año consecutivo, la cobertura audiovisual de los eventos en los que apuestan por el programa Jägermusic. Music Films, Branded movies y live-tracks, tres conceptos que amalgaman gran parte de lo que supone el género musical y en el que nosotros nos estamos especializando. Arrancamos en Murcia, en el festival SOS 4.8 y luego vienen otros tantos. Tenemos hambre de música en directo. Y este año se incorporan nuevos tripulantes a la nave Jägermusic. Nuevas propuestas que van del garaje-punk felino y el hipnopop, al horror-synth o el space-rock. Como no vamos a estar ya emocionados?