Kill the TV Kill the TV

PUNK

Nunca nos vamos a poder quitar el pelaje punk, reconozcámoslo. Los que hemos pasado unas experiencias y tenemos cierta edad, echamos un tufillo que se nos reconoce a distancia. Esta perspectiva nos hace recibir con gran alegría la noticia de que en el correcto mundo cultural de muertos vivientes y ejércitos de hombres grises sigan irrumpiendo iniciativas punzantes, inquietas, rabiosas, enérgicas e imprevisibles como Kill the TV.

Mata la tele, viendo tele, pero que sea de otra forma, en otra ventana, sin imposiciones, a tu bola. Libertad y dedos erectos ante la cámara.

La idea y el espíritu están claros, así pues darles continuidad gráfica no era difícil y el autor Martín López se acopla como tachuela a la chupa. Las dos mentes estropeadas, pero pensantes (o precisamente, por eso) lo vieron claro, debían contar con una estética rota y chillona. Y Martín lo ha captado perfectamente, creando un logotipo perfecto para esta aventura libre y consciente.

 

Martín es alguien molesto. No se adapta. Es un cabrón, siempre lleva la contraria y no hace más que publicar y distribuir fanzines que atacan la estética y la ética de lo bonito. A veces resulta irritante su testarudez, no da su brazo a torcer. No le hables de dibujos poéticos, ni de caras femeninas sonrojadas, lo suyo es lo canalla, lo oscuro, sabe encontrar la belleza en lo feo. Seguro que le molesta que digan esto de él. Es un cabrón, ya lo he dicho. Es un artista (lo digo porque le jode) incansable. De la misma manera, lo pueden encontrar decorando el centro cultural alternativo (sí, alternativo) La Residencia, de Valencia, con sus dibujos de pesadilla, que montando la feria de autoedición gráfica y sonora, Tenderete, que vendiendo por internet la última hornada de fanzines de ilustración. Lo mismo está en una feria de ilustración en Roma, que trabajando en su propia obra o haciendo trabajos de encargo como el logo que nos ocupa.

Martín 8

Martín es necesario. Lo es en un tiempo en que la realidad es violenta, el capitalismo atroz y el asesino usa drones, en un tiempo en que el ciudadano medio consume comodidad, gentrifica barrios, usurpa expresiones artísticas, vacía de discurso la estética y en que el arte se apoya en la belleza como elemento de integración en un sistema asesino. Es el momento de la estética plácida, la que asegura que no pasa nada, porque todo está bien. Por eso necesitamos punk. Necesitamos una patada en los huevos. Un grito de rabia. Y eso es lo que representa Martín (ya sé que se niega a representar nada) y su universo gráfico. Un universo guerrero, poblado de tintas planas fosforescentes, sexo, bestias de la mitología azteza (o algo así), trazos salvajes de tinta negra, historias oscuras y mucho talento.

logo kill the tv

Martín agita, desde la tranquilidad de sus modales, la vida cultural valenciana. No es su objetivo, pero lo hace.

Kill the TV ha encontrado a la horma de su zapato. No nos vamos a quitar el pelaje del punk, porque seguimos sintiendo rabia y seguimos apostando por el háztelo tú mismo. Nadie va a venir a salvarnos. Así, que montémonos la historia que más nos divierta, que más nos haga reír y de la que más orgullosos nos podamos sentir. De eso va toda esta historia, ¿no, Iñaki y Ferran?

Dani Tomás

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